20 septiembre, 2024

Una de terror: vamos a poner un vídeo!

A la hora de afrontar una fiesta, según sea su experiencia, los djs pueden tener miedo de que el equipo les falle, de no acertar con el repertorio o que los invitados estén demasiado “chispillas”. Son miedos que se repiten aunque los de perfil más “técnico” no tendrán tanta preocupación por el equipo y los que tengan más don de gentes podrán lidiar con los invitados, estén como estén. Sin embargo, en lo que todos, absolutamente todos, van a estar de acuerdo, es en tener miedo a verse en una circunstancia como ésta. Nos ponemos en situación. Suena el teléfono (o peor aún, una notificación de whatsapp) y te dicen:

“Hola, somos amigos de (fulanito) que te ha contratado para la música. Le hemos preparado un vídeo sorpresa y queríamos hablar contigo del tema”. Y da igual que haga un día de sol espléndido. El cerebro del dj se llena de nubarrones como si estuviese en Mordor…

De entrada, ya hay un error, que ha sido preparar el vídeo antes de hablar. Pero obviando este pequeño detalle, lo que se nos viene encima es difícil de explicar con la lógica: va a haber que hacer un despliegue por sorpresa de pantalla, proyector, cable de audio y, en el mejor de los casos, ordenador (esto lo explicamos más tarde, nunca se sabe si es bueno o malo). Esto, en tiempo récord, sin opción de hacer pruebas en vivo y, sobre todo, con un evento en marcha.

Aquí vamos a hacer dos pequeños incisos. El primero va sobre la preparación del vídeo en sí. En cualquier presentación que requiere vídeo (entrega de premios, lanzamiento de un nuevo producto, etc), la prueba se hace antes, con el salón vacío, con todo el tiempo del mundo para calibrar audio y vídeo y con un margen para corregir errores. Nos olvidamos de todo eso en nuestra fiesta: tenemos el salón lleno, invitados que se cruzan, un ejército de camareros pasando, unos homenajeados a los que hay que secuestrar (a veces, literalmente) para que no vean los preparativos y, lo mejor de todo, es que no podemos probar el sonido para no desvelar la sorpresa. Muchas veces, la sorpresa nos la llevamos nosotros, cuando comprobamos que el vídeo no tiene sonido, ya con todo el mundo mirando. Si la fiesta es un globo, en ese momento se deshincha…

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glups, el vídeo no tiene sonido 🙁

El segundo inciso va sobre lo idóneo del momento. Porque el vídeo siempre se incrusta en el protocolo de la fiesta como un trozo de comida entre los dientes. Que puedes vivir con ello, pero te interfiere. Si además le sumamos que la idea original es que el vídeo se proyecte en el momento más crítico de la fiesta (si es una boda, antes del baile de los novios; si es un homenaje, justo cuando se van a dar los regalos) la posibilidad de cargarnos la emotividad del momento cumbre por un mal funcionamiento del vídeo es cerca del pleno. Y nuestro globo ya no es que esté deshinchado, es que se pincha directamente.

aunque no lo parezca, es muy importante comprobar que el ordenador está actualizado
aunque no lo parezca, es muy importante comprobar que el ordenador está actualizado

Porque parece que no, pero un vídeo tiene su ciencia. En primer lugar, el ordenador desde el que se lanza (retomamos nuestra llamada inicial). Nunca sabremos si es mejor que nos dejen un triste pendrive o que alguien quiera llevarse su portátil. Aquí hemos visto de todo: desde el cable HDMI que anula la tarjeta de sonido (habitual) hasta el ordenador del trabajo que viene “capado” y no permite configuraciones, el mac que va por libre, el ordenador ultraplano sin salida VGA o el que viene sin reproductor de vídeo. Si tenemos el portátil perfectamente configurado, estupendo. Ya solo nos puede fallar el montaje de vídeo: que sea un formato que no se lea, que esté grabado con muy poca calidad de sonido, que las imágenes pesen tanto que no haya transiciones sin píxeles sueltos o que hayamos preparado un powerpoint sin enlazar las imágenes o el sonido. Damos totalmente por perdida la batalla por explicar que los proyectores no son una buena opción cuando al salón entra luz exterior. Y mira que explicamos que el Autocine por el día no funciona, pero nada… Y ya, por último, puede que todo funcione bien pero nos pasemos de duración. Un vídeo debería durar unos 7 minutos (2 canciones). Nunca más de 10. Podemos asegurar que hemos tenido vídeos de 38 minutos. No aguantaron ni los hielos de la barra.

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Y ¡ojo! Que no estamos pidiendo que no se hagan vídeos. Es un detalle bonito y emotivo. A veces, también simpático pero… si no se preparan lo suficiente y se colocan en el momento menos oportuno (que siempre es así cuando se roba protagonismo a los verdaderos protagonistas de la fiesta) nos podemos cargar el momento más importante del día.

Nuestro consejo: preguntar antes de editar y esperar para poner el vídeo. Cuando el baile lleve ya un rato o la fiesta flojee, no antes. La opinión de los que ya llevamos muchos vídeos a las espaldas se debería tener en cuenta. Y fiarse de lo que opinan los expertos sobre el ordenador (no por ser más caro va a ser mejor)No queremos chafar la fiesta a nadie ni quitar las ganas de dar una sorpresa. Tradicionalmente, en las bodas, se ha escogido el momento previo al inicio del baile pero eso se hacía, principalmente, porque el dj no solía llegar hasta esa hora. Ahora se puede jugar con los tiempos, se debería instaurar otras costumbres: ponerlo un buen rato antes de abrir el baile o, mejor aún, un buen rato después. Y preferentemente, con pantallas de TV que no estorban en mitad de la pista de baile, no con proyectores.

Para finalizar, una pequeña reflexión: hay otro error más grande, que no hemos enunciado aún, y que es pensar que estas cosas son responsabilidad del dj. No. Son responsabilidad exclusivamente de quien tiene la idea del vídeo. Y esto es algo que nos duele mucho: que el vídeo no funcione y se lancen contra el dj. A nosotros nos ha pasado alguna vez, y es muy injusto. Pero no somos un caso particular: hay empresas que cobran una cantidad y lo hacen con “efecto disuasorio”, aunque nunca cubre el riesgo. Tampoco hemos aceptado nunca que critiquen a un compañero de profesión porque “falló el sonido” o “falló el vídeo”. No es cosa suya, salvo que le hayan contratado los medios técnicos para el vídeo y eso es algo que, por desgracia, pocas veces se pregunta.

Si con todo esto, aún no nos odias y quieres montar un vídeo sorpresa, perfecto. Solo te pedimos que tengas en cuenta nuestros consejos. Estamos seguros de que te vendrán bien y que, si nos haces caso, el vídeo va a ser un éxito