¿Llevar un dj propio o quedarse con el que nos ofrece el restaurante? Es uno de los dilemas más repetidos a la hora de organizar cualquier evento. Porque se supone que el dj elegido por nosotros se amoldará más a nuestras preferencias y que el dj “de la casa” estará allí en todos los momentos que le reclamemos tanto nosotros como el restaurante. O quizás no y sea justo al revés…
¿Cuál es el motivo que tiene un restaurante (u hotel) para ofrecerte un dj? Hay varios muy evidentes: confianza, precio, calidad del servicio… Después, hay otros menos lógicos, como el miedo: “mi dj es el mejor del mundo” y “ojo con lo que traéis que han dejado a muchos novios colgados y sin música”. En todo caso, es importante que el restaurante sepa “vender” bien a su dj (que no “imponer”). La decisión en último caso es de los clientes. Partiendo de esa base, cual herramienta “legal” es buena: ofrecer descuentos y promociones, hablar bien de él sin hablar mal de los demás, opinar en base a la experiencia. Pero tampoco pasándonos por el lado contrario y dejar al dj propio como un “probetón”. Un conocido llagar de Gijón nos presentaba como unos djs “baratos y puntuales”. Sin más. Claro, con esa carta de presentación, no era extraño que, de 30 bodas al año, no nos correspondieran más que 5 o 6. Y lo raro era que nos tocara alguna… Por eso es importante que la relación entre el hotel/restaurante, el dj y sus clientes sea lo más normal posible. Sin mitos ni leyendas infundadas como por ejemplo…
- 1) El Dj de la casa no pone la música que yo quiero – … pues no hay ninguna base para esta afirmación. Si es un dj profesional, hará su trabajo sabiendo que las sugerencias de los clientes son fundamentales. No es su fiesta: es la de las personas que lo contratan. Él “sólo” tiene que hacer que salga lo mejor posible.
- 2) Al Dj de la casa no lo puedo conocer antes de la boda – el hecho de que entre los novios y el dj haya un intermediario (el restaurante/hotel) no supone que no se puedan tratar con él todos los temas relacionados con la música. Más bien al contrario: hay dos partes implicadas en que todo sea un éxito. Mucho más complicado es contactar con un dj que no tiene local físico y cuyo único dato de contacto es un teléfono móvil en una página web. Os confesaremos un secreto: muchas veces echamos de menos que los novios nos consulten sus dudas y nos tengan en cuenta para tomar su decisión.
- 3) El Dj de la casa no anima – pues igual que en el apartado de la música… No hay motivos para afirmarlo. Se trata de hablar con él y contarle qué es lo que queremos de su trabajo.
- 4) El Dj de la casa tiene limitado el horario – no exactamente. Pasa igual que con el equipo de sonido: el dj propio sabe hasta qué hora se puede estar y cuánto suele durar el servicio. Es lógico porque está familiarizado con el personal del restaurante. Nos hemos encontrado muchas veces con novios que contrataban a otro dj porque pensaban que, con una tarifa plana, iban a hacer un montón de horas… y no han pasado de 5 el día de la boda.
- 5) El Dj de la casa es el más profesional. Ten cuidado con quien traes que igual no vienen – también hay mitos en sentido contrario. No se debe meter miedo a los clientes. Cada uno tiene que “vender” lo suyo, pero marcando lo positivo de lo propio y no lo negativo de lo ajeno. Porque si no puedes resaltar ninguna virtud de tu dj, das a entender que no la tiene.
- 6) El Dj de la casa paga comisión y por eso lo recomiendan. No será sólo por eso, que no es muy ético pero no es ilegal (a nosotros no nos gusta ese método, particularmente). En todo caso, no hay comisión que compense un mal servicio.
- 7) El Dj de la casa tiene poco equipo – Uno de los mayores problemas que se plantea al ir a visitar un restaurante es comparar el equipo que tiene su dj instalado para un evento y la foto del montaje supergaláctico que te ha enseñado otro dj. Normalmente, el dj de la casa sale perdiendo en la comparación pero… el dj de la casa es quien conoce mejor qué puede encajar mejor, qué potencia se necesita, si la máquina de humo hace saltar las alarmas de los detectores…
Como veis, hay muchas leyendas y casi todas, infundadas. El dj de la casa es una figura necesaria y merece, al menos, una visita. Y lo decimos nosotros que a veces somos “el otro dj”, pero no nos gusta que nos vendan como lo que no somos ni que nos cierren las puertas sin más. Lo mejor es ver, escuchar y después, decidir. Por ese orden